domingo, 30 de junio de 2013

Pride '13

Ayer fue la Marcha del Orgullo y realmente fue mucho mejor de lo que esperaba.

Había estado preparándome mentalmente para la fecha durante ya varios meses; sin embargo, no podía evitar estar nerviosísima en la combi. Mientras me dirigía al Campo de Marte, le escribí probablemente a 10 personas diferentes sobre lo nerviosa que estaba, lo emocionada que me sentía y también, indudablemente, el miedo. Realmente tenía mucho miedo de las personas que podrían ir a hacer daño, sé que es una manifestación alegre y pacífica, pero también soy consciente de que existen grupos opositores que no dudan en hacerse notar.

Llegué y encontré a mis amigas casi inmediatamente, no había tanta gente como esperaba pero todos estaban muy bien organizados. Ahí comenzamos a lamentarnos por no haber hecho un cartel sabiendo desde hace meses que íbamos a ir. Improvisamos como pudimos y terminamos haciendo uno que quedo más o menos bien, aunque mi labial tuvo que pagar el precio.

Planeaba narrar todo pero ya vi que mejor no y digo en lugar de eso por qué me gustó tanto:

Tenía miedo de encontrar odio, pero todo lo que encontré fue amor y aceptación entre los participantes. Todos defendían un ideal común y estaban felices de estar ahí reunidos, sin miedo. Aún cuando dijeron que habían grupos opositores en el camino (que no estuvieron, por cierto), todos mantuvieron el espíritu de alegría siempre.

No había sectorización, si bien hay muchas letras dentro del acrónimo, todos defendían a todos, gritando ¡presente! porque nadie fue como un individuo aislado, todos fueron a representar a toda la comunidad, no a una partecita y luego lavarse las manos.

Lo más lindo fue ver a las familias por la diversidad, nunca habría imaginado ver a un papá usando un polo que dijera "Amo a mi hijo homosexual" o "Estoy orgulloso de mi hija lesbiana" o lo que sea, para mí eso fue lo más bonito, me daban ganas de llorar al ver lo mucho que podían amar a sus hijos, cuando otros papás simplemente dan la espalda. Ellos no, el amor fue mucho más grande que cualquier miedo y fueron orgullosos a marchar.

También fue interesante ver a un grupo religioso presente, quienes se encargaron de dar una homilía antes del inicio de la marcha. No llegué a acercarme a ellos pero siempre es interesante ver cómo logran integrar la religión con la diversidad, algo que muchos no hacen.

En todo el recorrido no escuché un solo insulto, a pesar de que paramos el tráfico, no hubo un solo gesto de odio de los espectadores. Todos estaban felices coreando cantos, saltando y ondeando banderas.

Habían delegaciones de otros países, me pareció hermoso ver cómo turistas que no tienen nada que ver con la comunidad LGTBI peruana dedicaron todo un día y mucho esfuerzo por estar presentes apoyando a personas que no conocían, quizás incluso sin conocer la legislación ni los problemas actuales, pero dejando claro que la comunidad es una y fuerte, donde quiera que estén y sin importar nación.

Entre los asistentes me encantó ver familias enteras, niños con padres que les explican desde corta edad qué es lo correcto y por qué es importante ir a apoyar a las personas y no discriminar. Esos niños crecerán para ser buenos adultos, compasivos, como se necesitan tanto. En verdad fue lindo verlos, papás y mamás empujando cochecitos, familias claramente heterosexuales quienes no usaron la excusa de "no es mi lucha" y fueron a pelear por lo correcto.

El ambiente realmente fue hermoso, le recomiendo a todos ir el próximo año. Las personas eran súper amables todas, de muy buen humor y realmente orgullosas de ser quienes son. Ver a todos esos seres maravillosos me hizo sentir orgullosa de estar ahí y de luchar por la igualdad, porque es lo mínimo que podemos hacer como seres humanos, apoyarnos entre nosotros.

Sí puedo decir que hubieron cosas malas. Cuando caminábamos hacia la plaza San Martín encontramos unos afiches pegados en las paredes que decían "No al lobby gay" con una imagen de dos hombrecitos de palitos (como los de los baños) teniendo relaciones dentro de un símbolo de prohibido. ESO es realmente deplorable y deja en claro lo bajo y el odio que pueden sentir los opositores, porque de alguna manera sí te hacen sentir humillado -por lo menos yo que estaba para ese entonces entre las primeras personas de la marcha me sentí entre triste, molesta e indignada al ver eso, me dio demasiada pena ver a todas las personas a mi alrededor cambiar un poco la sonrisa aunque sea por un segundo. Obviamente sacamos esos tres papeles inmediatamente. De todos modos, no deja de ser reprochable lo que hacen estas personas que no pierden absolutamente nada si esta minoría obtiene más reconocimiento. Egoístas. Odio que digan venir de un mensaje de Dios o un plan divino o lo que sea, cuando en realidad solo imparten veneno. Simplemente son malvados.

Otra cosa que no me gustó fue la cobertura -o falta de la misma- por parte de los medios. Noté el viernes que las marcas peruanas no demoraron en decir "Feliz día del ceviche" pero casi nadie -mención honrosa a La Pulga por hacerlo- publicó nada con respecto al día del orgullo, que también es el 28 de junio. ¿Cobardía? ¿Cuál será la primera marca grande peruana que se atreva a dar la cara por esta comunidad? Una vez más tratándolos como un grupo invisible, cuando hay otros días ridículos que nadie deja pasar.

RPP hizo una buena y visible nota en su página al respecto (en la que por cierto aparezco, como mencionó una persona en los comentarios de la entrada anterior) en la que mencionaron que la marcha se concentró en la lucha por los derechos. Efectivamente, el lema fue bastante fuerte: "¿Cuántos más tenemos que morir?". Directo y preciso. Sin embargo, un medio que yo esperaba hiciera algo grande al respecto me defraudó enormemente. El Comercio solo publicó un fotorreportaje en su web, en la que nisiquiera se tomaron la molestia de poner un pie diferente para cada foto sino todas tuvieron el mismo mensaje, y redujeron la asistencia a "cientos de personas", cuando en realidad fueron miles. Y digo literalmente miles. Esa capacidad de minimizar a este grupo me enferma, qué ganas de hacerlos invisibles. En la edición impresa de hoy no encontré ni una mención a lo ocurrido, cuando tuvieron tiempo suficiente para elaborar una nota. ¿Por qué ignorar una manifestación de tales dimensiones? ¿Cuáles son los intereses detrás de eso?

Es un poco triste saber que esta es la realidad peruana; que puedes mover a miles de personas y sentirte capaz de todo mientras te movilizas, pero al final del día la gente se limitará a mostrar fotos de lo "escandaloso" y no comunicará el verdadero mensaje. Probablemente peor aún, instigará a más discriminación (porque "no soy homofóbico pero sí maricofóbico"-ah ok, entonces solo están en lo correcto las personas que se expresan como tú quieres, todo mal contigo).

A pesar de estas cosas malas, no hay por qué estar triste. Porque ayer comprobé que esta comunidad es más unida y más fuerte que cualquier grupo que se oponga. Que si bien no tienen al gobierno de su lado, entre ellos se guardan la espalda. Que aunque muera uno a la semana por culpa del odio, al final el amor siempre va a ser más fuerte. Y el gobierno y todos los peruanos eventualmente se darán cuenta de lo mismo y entenderán que amor es amor, y estuvieron todo este tiempo equivocados. Espero que pronto todos se pasen al lado correcto de la historia.
Sé que viviré para ver ese día.

Esta Marcha fue solo la primera de las decenas a las que iré, porque en mi vida haré todo lo posible para ir todos los años, sin importar dónde me encuentre. Lo que vi ayer fue algo tan hermoso que quiero volver a vivirlo una y otra vez, y tengo la certeza de que cada año será mejor, porque cada vez seremos más los que nos presentemos a defender lo correcto y como dije, pararnos en el lado correcto de la historia.

Nos vemos el próximo año, amigos. Siento que me hice parte de una gran familia.

 
 La famosa foto que salió en la web de RPP y el mencionado cartel improvisado

Foto que tomé mientras cargaba la bandera

1 comentario:

Jesus S dijo...
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